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Especialista en Teatro Venezolano

lunes, 1 de abril de 2013

Público - Al rescate de Lo Trágico



Al rescate de Lo Trágico

Por: Emeterio Gómez


Sócrates, Platón y Aristóteles, estaban brutalmente equivocados... pero se impusieron...


Es difícil atentar contra un dogma cultural. La Civilización Occidental nos ha metido muy profundo en el Espíritu una visión pueril o ingenuísima de la Ética, contra la cual es casi imposible argumentar... y ni soñar con erradicarla, que sería lo deseable. Es un enfoque que se resume en la creencia infantil según la cual basta con tener valores sólidos para resolver cualquier problema moral. Y tiene uno que ser muy cuidadoso en los talleres para no herir susceptibilidades al enfatizar que ese es precisamente el núcleo de la esfera de la moral: que no confrontamos ningún problema cuando ante un presunto Dilema Ético nuestros valores nos indican claramente lo que debemos hacer: esto es, que no estamos en ese caso ante ningún dilema. Pero que, muy por el contrario, SÍ lo estamos cuando, alarmados, descubrimos que con exactamente nuestros mismos valores -esos que suponíamos tan sólidos y que tanto nos enorgullecían- ¡¡podemos hacer A o lo contrario de A!! Y, más aún, que esta idea vale igual, igualito, para las cosas más nimias como comerse o no un postre; y para las más trágicas o terribles como matar o no a alguien que nos ha violado a un hijo. ¡¡Porque juzguemos que el sádico merece (o no) morir!!

Es impresionante la ingenuidad de esa Visión de la Ética y más aún del cómo la gente se niega férreamente a aceptar el argumento que hemos esbozado: ¡¡No puede ser, profesor!! No puede ser que uno no sepa qué hacer ante un Dilema Moral. Si tienes tus valores bien claros y firmes es precisamente para poder escoger la opción más noble y desechar la innoble. No puede ser que usted nos venga a decir que hay Disyuntivas Morales que no tienen solución y que nuestros valores son del todo inútiles ante ellas... precisamente en un taller que -al menos eso creíamos- nos iba a aclarar la problemática moral. Tal como usted lo plantea, querido doctor, la Moral resultaría completamente inútil, pues sólo nos resolvería aquellos problemas éticos que no nos plantean dificultades, aquellos ante los cuales la solución moral es evidente. ¡¡No puede ser que la Ética tenga sentido sólo cuando no resuelve nada!! ¿No le parece que ello resultaría un poco... digamos... insensato?




No, respetable amigo, definitivamente NO, esa es más bien la inconsistencia dramática que Occidente nos ha inculcado: ¡¡la que nos extirpó la Esfera de lo Trágico!! La Conciencia del drama profundo que subyace a lo Humano y que alguna vez tuvimos. Fue el buenazo de Sócrates (en El Nacimiento de la Tragedia de Nietzsche) tratando de convencer a Esquilo -el último de los tres grandes poetas trágicos- de que con el descubrimiento de la Razón, del Pensamiento Lógico que él, Sócrates, estaba fundando, desaparecería la Tragedia; que no había de qué preocuparse, que sólo existían Dilemas Éticos cuando no se razonaba de manera rigurosa, que la Lógica podía descifrar cualquier disyuntiva moral. Sócrates, Platón y Aristóteles, estaban brutalmente equivocados... ¡¡pero se impusieron, lograron implantarnos su visión chata y errónea!! Y Occidente se olvidó de la Tragedia, que no volvió a aparecer salvo muy fugazmente, en el siglo XVII, con Racine y otros autores menores. La Filosofía se quedó creyendo que los Valores -apoyados en la Razón- pueden resolver nuestros Dilemas Éticos. Nos castraron a los fines de intuir que hay situaciones en las cuales con los mismos valores, la misma estructura moral, las mismas razones y el mismo contexto podemos matar o no, robar o no, perdonar una ofensa o no.


En: El Universal, 1 de julio de 2012