Primer actor de teatro, radio, cine y
televisión.
Nació en San Buenaventura de Ejido,
estado Mérida, el 18 de julio de 1925, según reza en su partida de bautismo(1).
Su nombre completo devino en Rafael
Briceño Parisí, hijo del coronel Macedonio Briceño y Enriqueta Parisí Contreras.
De niño, llega a participar como actor en la celebración del Corpus Christi de
su pueblo natal; y luego de la muerte de su padre por la mano del régimen
gomecista, viaja a Francia junto a su madre, regresando al país en 1931. Al
terminar su educación secundaria se prepara para una frustrada carrera de
bailarín de estilo clásico español, bajo la dirección de las bailarinas
españolas Luana Alcañiz y María Antinea. Pocos años más tarde abandona esta
disciplina para integrarse definitivamente al arte dramático. En Caracas,
estudia con la actriz ítalo-española Eugenia Zúffoli y el actor español José
Bódalo. En 1942 forma parte del elenco del Teatro Obrero, dirigido por el actor
León Bravo, que luego pasa a llamarse Teatro del Pueblo. Se
integra a la recién fundada Sociedad Amigos del Teatro, que dirige el
dramaturgo venezolano Aquiles Certad, entre otros. Por ese tiempo llega a
Caracas la compañía de teatro del célebre actor francés Louis Jouvet, donde
Briceño es aceptado en calidad de “comparsa” y posteriormente distinguido como
“Meritorio” por el mismo Jouvet. Terminada esta experiencia, es integrado al
elenco de la Compañía de Dramas y Comedias Nacionales de Leopoldo Ayala
Michelena y Luis Peraza en el Teatro Olimpia. También actúa ocasionalmente con
las compañías de comedias de Antonio Saavedra, Rafael Guinand, Santiago Serra y
Celestino Riera. En 1945 emprende una gira por Latinoamérica, contratado en la
compañía española de dramas y comedias Baus-Calero. En su paso por Argentina
estudia voz y dicción con la actriz Berta Singerman. Al finalizar la gira se establece
temporalmente en Quito. Ecuador, donde trabaja en programas radiales de la
emisora Gran Colombia y obtiene un diploma de honor por la realización del
programa Momento Cultural de Venezuela. En 1949 regresa a Venezuela y actúa en
grupos de radioteatro. En 1951 se desempeña como director y figura estelar en
radionovelas de Radio Cultura, Radio Continente, Radio Rumbos y Radio Caracas.
En 1954 graba para el Canal 5 la serie El cuento venezolano televisado,
dirigido por Román Chalbaud, con quien entabla desde entonces una fuerte
amistad. En 1959 forma parte del elenco del Teatro Nacional Popular, antiguo
Teatro del Pueblo. En medio de la representación de La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca, conoce a José
Ignacio Cabrujas, con quien sostiene una entrañable amistad. Ese mismo año se
estrena la película Caín adolescente,
de Román Chalbaud, donde actúa Briceño. En 1961 se celebra el II Festival de
Teatro Venezolano, donde Briceño participa en la obra Sagrado y obsceno, de Chalbaud, y Lo que dejó la tempestad, de César Rengifo(2). El 10 de diciembre de
ese año estrena la Historia del Sainete
en Venezuela, exitosa conferencia-espectáculo que representará junto a José
Ignacio Cabrujas durante casi veinte años. En 1963, apoyando al Partido
Comunista de Venezuela, participa en la fuga de tres guerrilleros de la Isla
del Burro o Cárcel de Tacarigua, donde, valiéndose de las técnicas del
maquillaje teatral, disfraza a Germán Lairet, Gastón Carballo y al mayor
Azuaje, quienes logran escapar sin levantar sospecha. En 1964 actúa en el
estreno de La quema de judas, escrita
y dirigida por Román Chalbaud. En marzo de ese año interpreta uno de sus
personajes más logrados: Rómulo, el
grande, de Friedrich Dürrenmatt, acompañado por actores como Luis Salazar,
Enrique Benshimol y Manuel Poblete. En 1967 representa a Lorenzo Barquero en la
ópera Doña Bárbara, de Rómulo
Gallegos, con música de Carolyne Lloyd y texto de Isaac Chocrón. En 1967 se funda
en Caracas la organización teatral El Nuevo Grupo, con la cual lleva a escena
piezas emblemáticas de Román Chalbaud, José Ignacio Cabrujas e Isaac Chocrón,
cofundadores de la agrupación. En 1971, bajo la dirección de Román Chalbaud y
acompañado por José Ignacio Cabrujas en el papel de Eloy, estrena La Revolución, de Isaac Chocrón,
polémica pieza que marca un momento importante en el arte dramático venezolano
y en la carrera de Rafael Briceño. En 1975 esta obra recibe excelentes críticas
del diario The New York Post, tras su presentación en el Festival Internacional
de Broadway. El 2 de septiembre de ese año se transmite el unitario Juicio a Gómez, en el que Briceño
interpreta por primera vez al dictador. En 1976 viaja con La Revolución al II Festival Internacional de Teatro de Sao Paulo,
Brasil, donde la crítica y el público elogian el trabajo actoral de Cabrujas y
Briceño. En agosto, estrena junto a El Nuevo Grupo la obra Acto Cultural, escrita y dirigida por Cabrujas, con la cual recorre
Venezuela y varios países latinoamericanos. En enero de 1980 Briceño declina
públicamente el premio CRITVEN, lo cual detona un escándalo que conduce a la
posterior disolución de esta asociación de críticos de teatro. El 3 de octubre
se estrena la teleserie Gómez I y II.
A pesar del odio que Briceño confiesa sentir por Juan Vicente Gómez, realiza
una interpretación magistral del personaje y alcanza notoria fama en el país.
Poco después El Nuevo Grupo celebra en el Teatro Municipal los 40 años de vida
artística profesional de Rafael Briceño, quien es condecorado con el Premio
Nacional de Teatro (1981). Ese mismo año es contratado por el Ballet
Metropolitano de Venezuela para interpretar el “Abuelo de Clara” en El Cascanueces, papel que representará
durante diecinueve años. Meses después estrena junto a Solistas de Venezuela la
obra Andrés Bello o el Repertorio
Americano, con textos de José Manuel Peláez y música de Luis Morales Bance,
de quien se hace gran amigo. El 28 de octubre de 1982 estrena S. Robinson, de José Manuel Peláez y
música de Luis Morales Bance, en el que Briceño interpreta a Simón Rodríguez,
uno de sus personajes más logrados. En 1984 Briceño es contratado como Primer
actor y Asesor de estudiantes y meritorios del Programa de Formación
Profesional de la recién creada Compañía Nacional de Teatro, que dirige Isaac
Chocrón. Entre 1985 y 1993 trabaja para esta agrupación y comparte junto a
directores de la talla de Ugo Ulive, Carlos Giménez, Armando Gota, José Simón
Escalona, entre otros. En 1985 figura como actor en la película Oriana, de Fina Torres. En 1994, Briceño
es seleccionado miembro del Consejo Nacional de Teatro del CONAC. También forma
parte del grupo de teatro El Rompimiento, liderado por Frank Carreño y Livia Méndez.
En julio de 1995 estrena Miranda, el
Quijote cuerdo, o la otra historia de un soldado, con texto de Eduardo
Casanova y música de Luis Morales Bance, donde Briceño interpreta a Francisco
de Miranda. En 1997, dos nuevas películas nacionales se agregan a su
trayectoria cinematográfica: Corazones
negros, de Gabriela Rangel, y Pandemónium,
la capital del infierno, de Román Chalbaud. En 1998 participa junto a la
Camerata Barroca de Caracas en el espectáculo Fiestas de pasión y gloria en el Barroco de Latinoamérica, bajo la
dirección de la cantante Isabel Palacios, declamando textos sagrados junto a la
actriz Caridad Canelón. En julio de 1998 codirige y actúa en la obra Un curioso accidente, de Carlo Goldoni; y el 3 de noviembre de ese mismo año, es invitado por el Teatro Universitario UCV (T.U), bajo la égida de Gustavo Meléndez, a su ciclo Tardes de Coloquio, coordinado por Yaritza Medina López. En
Mérida, una fundación teatral lleva su epónimo. El 22 de junio de 2001, Rafael
Briceño murió de un infarto en el Ateneo de Caracas, a comienzo de una función
de teatro a la que asistía como espectador.
(1) Partida
de bautismo, Iglesia Parroquial de San Buenaventura de Ejido.
Arquidiócesis de Mérida.
Un actor llamado Rafael Briceño (2)
Por
César Rengifo
(fragmento)
Celebrábase el Segundo Festival de Teatro Venezolano y
era la noche del estreno de Lo que dejó
la tempestad. En el teatro, entre los espectadores y muy cerca de mí,
ocupaba un asiento Rafael Briceño. La obra se había iniciado entre nervios,
preocupaciones y angustias, no sólo por ser día de estreno sino por algo más
grave, el actor que debía hacer el papel de Ezequiel Zamora, con cuya aparición
se iniciaban las primeras escenas del segundo acto, no había llegado al teatro,
ni se localizaba en parte alguna. Bajo esa tensión concluyó el primer acto. El
tiempo fluía con rapidez angustiante. Sonó el primer timbre para el segundo
acto, todo era inquietud y expectativa tras el telón. La desmoralización era
general. Sin la escena de Zamora la obra no podía ser entendida y quedaba
comprometida no solamente ella sino todo el Festival. Sonó el segundo timbre y
la situación era igual de apremiante. Yo, presintiendo el derrumbe salí
rápidamente del teatro para no oír la lamentable explicación del Director.
Cuando había avanzado algo más de una cuadra sentí que un joven corría hacia
mí, llamándome, mientras me anunciaba que el acto había comenzado. ¿Llegó el
actor? Le pregunté… Creo que sí, dijome. Regresé presuroso a la sala. En
efecto, el segundo acto transcurría ya bajo un efecto violento de grises,
amarillos y obscuros. En escena, Ezequiel Zamora, fulgurante, dialogaba
enérgico y tenaz con Brusca la Rompe Fuegos. Yo estaba perplejo. ¿Por dónde y
cuándo había llegado el actor perdido? ¡Pero… no era él quien hacía el Zamora!
Agudicé la vista y oídos y con asombro adiviné, más que descubrí, que en escena
y frente a Brusca, estaba Rafael Briceño. El mismo que veía la pieza minutos antes
desde una butaca. Enterado él de las atribulaciones que ocurrían tras
bastidores, fue a los camerinos resueltamente y se decidió a encarnar el papel del héroe federal, si alguien le apuntaba… Y lo
hizo con dignidad y brillantez… Y el espectáculo y el Festival pudieron
continuar.
Ese
es el Rafael Briceño, sustancia de teatro por todos los costados, a quien la
gente del oficio, su gente, el público suyo y Venezuela, honran, agasajan y
aplauden hoy.
1980
Juan Vicente Gómez Rafael Briceño como Gómez
Serie Gómez |
Briceño en "Don Mendo 71" de Miguel Otero Silva (María Teresa Haieck, Esther Plaza y Manuel Poblete) |
"Acto Cultural" de José Ignacio Cabrujas |
Con Cabrujas
"La Revolución" de Isaac Chocrón
|
Con la primera actriz María Cristina Lozada "Acto Cultural" de J. I. Cabrujas |
"El Rompimiento" de Rafael Guinand (Sainetes Venezolanos) |
Briceño y la primera actriz Aura Rivas |
Briceño y la primera actriz Francis Rueda |
Junto a Fausto Verdial |
Briceño, Marcelo Rodríguez y Francis Rueda "El Avaro" de Molière |
El maestro Rafael Briceño |
Tardes de Coloquio - Teatro Universitario UCV / 1998 Coordinadora Yaritza Medina López / Director T.U., Gustavo Meléndez |
Recomendamos
leer:
FUENMAYOR,
Eduardo (2004) “El ausente que voy siendo. Historia de la vida de Rafael
Briceño”, Caracas, Fundación Polar (Colección Periodismo y Memoria).